domingo, 18 de noviembre de 2012

Gafas para ver el vaso medio lleno



Hay veces que un tatuaje en la piel es valentía y su significado equivale a haber logrado un propósito vital.

En ocasiones, querer bailar y brincar cual niño durante mucho tiempo, es soñar con lo insoñable, pues hay momentos de decepción. 

Y digo yo, volvamos a la vida. 

El olor del café y de la hierba mojada que tan propicios son del invierno. 
El sabor de las galletas untadas en bebida caliente. 
El tacto de la compañía. 
Dirijamos nuestra vista a las oportunidades que se atisban. 

Aplaudamos a Antonio Meucci por inventar el teléfono, y aprendamos que Graham Bell sólo lo patentó. Usémoslo para desahogarnos con los que están lejos. 

Seamos naturales pero aprendamos el arte de la actuación para utilizarlo en contadas ocasiones, como protección ante personas dañinas. 

Un futuro incierto por delante, nunca significó mala vida. 

Hagamos caso a la lógica, pero arriesguemos con el corazón.  
Recordemos lo bueno y sigamos adelante, porque merece un lugar en nuestra memoria. 

Con una cerveza en la mano brindemos por conseguir unas gafas que nos hagan ver 300 días al año el vaso medio lleno y sólo 65 el vaso medio vacío:
porque dicen, que una de cal y otra de arena, pero playas y desiertos arenosos hay miles y protectores antical hay muchos.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Young, Wild and Free



Dicen que la brisa marina que sube que baja que entra que sale del agua del fondo del mar. 
A mi me apetece más la brisa del aire que azota las hojas de los árboles de hoja caduca que se ven desde este bonito balcón.
Miramos atrás y vemos meses y meses de cambios, tanto personales como climáticos.

Hay quien odia las rutinas y lo dice con poderío, pero yo, no me lo creo. 
Para mí depende de las estaciones, depende de la vitalidad y depende del estado emocional. Hay rutinas saludables, rutinas que enamoran.
La rutina de los soñadores es bonita y mejor aún la de los soñadores que mantienen los pies en la tierra.

Escuchar una y otra vez una canción que evoca recuerdos, tomar día a día una gran taza de café o simplemente la sonrisa de oso Balú que muestras cuando te encuentras con alguien a quien te hacía falta ver.

Me gustan también las aventuras y los cambios que duran breves o puede que extensos períodos de tiempo. Por supuesto, son bienvenidos cuando los necesitas.

Pero ¿por qué no deberías ver una película fascinante tantas veces como te apetezca? Quedan muchas por conocer, es innegable, pero también resulta satisfactorio el día en que parece que te has aprendido los diálogos.

Yo me quedé con los buenos momentos que me dio la música de Michael Jackson y solo oí vagamente las negativas críticas que se hicieron sobre el, no las escuché. Nadie podrá quitarnos un "Thriller" acompañado de una cerveza con ritmo. 

Cuando encuentras tu lugar, tu sitio, sólo te mueves para conocer. 

No tener ilusión por casarse puede significar querer celebrar tu suerte de otra manera. Una comida casera, flores blancas y vestidos cortos. Fiesta en la mejor compañía. 
Originalidad y vitalidad unidas. 

Seguiré llevando conmigo un amuleto en cada momento difícil, seguiré creyendo sólo lo que me apetezca y seguiré sintiendo la suerte recorrerme por dentro si perduran conmigo hasta el final las personas que admiro.

Además, quiero hacer una cápsula del tiempo, ese invento para guardar tus recuerdos. Así, si por azar pierdo la cabeza o enfermo, podré consultar los buenos momentos.

Pensar es para mi gusto, lo mejor de esta vida. 
Desnudar los pensamientos.

http://www.youtube.com/watch?v=Wa5B22KAkEk&feature=bf_prev&list=AL94UKMTqg-9AZXbnmaa5y6q5EMJdypH6r

domingo, 26 de agosto de 2012

Fin de la estación que esperamos


El fin de la rutina para dar la bienvenida a meses, semanas y días de nuevos recuerdos.
Amistades que volvemos a encontrar, nuevas vivencias que vendrán. Aventura.

La playa, ya sea con brisa marina o con calor húmedo y pegajoso que no nos deja respirar. 
El moreno que normalmente buscamos para que luzcan las prendas de colores suaves, bonitos o quizás intensos. 

Ligereza y relax.

O puede que sigamos trabajando en nuestros proyectos. Esforzándonos.

Conducir sin mapa hacia lugares escondidos o usar un gps para llegar a nuestros destinos. 

Bajar al portal y al fin tener lo que ansiábamos. 
Sorpresas inesperadas. 

El agua caliente del mar y las duchas heladoras. 
Períodos de festival, música y nada más. 
Arena con la que crear figuras. Quizás gatos que no lo parecen. 

Las fotografías, para cuando nuestra memoria necesite recordar esos momentos de felicidad. 

Cuando nos echamos de menos y esperamos regresar.
Hamacas y cachimbas mentoladas.
Cervezas en calas perdidas y también en terrazas nocturnas. 

Hacer planes, preparar e inaugurar una nueva vivienda. 
Aburrirse del verano, querer vitalidad, movimiento, actividad. Cansarnos de lo que todos los meses anteriores esperábamos.

Portugal. 

Vecinos de tienda de campaña con guitarras y camping gas.
Canciones que se convierten en únicas de un lugar. 

Escribir en tonos marrones porque pronto las hojas se caerán y otra estación se manifestará.

jueves, 14 de junio de 2012

Ailuropoda Melanoleuca



Osos panda en peligro de extinción. Familiares de los osos de anteojos.
Hace frío y lo sentimos fuerte, porque no tenemos su pelaje, su protección.
Somos caminantes de tan solo dos pies.
Ellos comen bambú principalmente, y viven en selvas peligrosas. 


Ahora llega el verano, pero para algunos también llega el frío. 
Las despedidas entre las margaritas que quedan de la estación de la primavera no son bienvenidas. 
Son tristes y angustiosas. 
Un año, una experiencia. 
¿Y cual es nuestro consuelo? 
-Que aún quedan miles y millones de vivencias en este lugar, en nuestra selva humana. 


Quererse es inevitable para algunos afortunados. 
Y saber que queda menos de la mitad de un mes para ese abrazo es más o menos lo que para un oso sería tener alopecia en sus fríos hábitats. 


Los polos que se atraen, nunca lo dejan de hacer. 
Son imanes de material no metálico, construidos con amor. 


Yo no dejo nada, me voy a un interrail de abrazos con mis otras personas queridas, y solo dejo unas semanas para que el nuestro, el de retorno, sea aún más especial que todos los anteriores vividos.


Cuando nos digamos adiós, pensaré en los osos panda, que seguro que aunque también se enamoren, tienen que visitar a sus familiares de China.


Ya dije una vez, que no hace falta que deshojemos margaritas, porque esa flor acaba por marchitar, y nosotros no.


Sé, lo que he visto que eres, y entonces jamás tendré miedo de las despedidas. 
Siente, lo que sé que has sentido, y a las lágrimas de despedida nunca les faltará la sonrisa de vuelta. 





miércoles, 25 de abril de 2012

Miércoles lluviosos y mucho más



Apetencias y rutinas.
Da igual la lluvia si llevas un paraguas negro o de color. 
Cafés y chocolates calientes con canela, cacao, azúcar moreno, o por el contrario, poco condimentados. 
Velas con olor.


¿No quieres un coche multicolor, una manta, música, y escasas maletas?
Aventuras de dos. 


No hacen falta mapas, ni brújulas, ni guías. Perdámonos si te apetece.
Bostezos mútuos o tal vez hiperactividad. 


Post-it para dejar nuestras huellas en las paredes y ver las de los demás. 
Risas y cosquillas sin límite. 
Canciones que suenan de repente sin avisar.
Incluso llaves que duplicar. 


Nudismo como práctica eventual. 
¿Y si hacemos el amor en un café especial? 


Osos que viven encima de impresoras y regalos en formato de papel.
Masajes agradecidos y noches de insomnio en compañía. 


Deshoja margaritas sin miedo, 
pues yo no lo tengo.












lunes, 12 de marzo de 2012

Puentes




Puentes de madera, de piedra, de hierro, de papel, de cartón, de cristal, de gominola. 
Puentes hechos con piezas de dominó.

Cruzarlos con cuidado o cruzarlos corriendo.
Que sean fuertes y un día se derrumben sin querer.
O que por más que saltes nunca se desplomen.

Me apetece cruzar muchos de ellos en países diferentes, en compañía.
Porque cuando la protección te toma de la mano merece la pena atravesarlos sin temor a caer.

Pueden ser endebles y, sin embargo, estar diseñados por arquitectos de renombre.
Pero somos de naturaleza intrépida y valiente. O así deberíamos ser.

Traspasemos fronteras, abramos la mente, 
y al llegar al otro lado sintamos evasión y aventura por descubrir nuevas direcciones.

Veamos naturaleza, 
atardeceres 
y visones europeos en peligro de extinción.
Es difícil toparnos con uno, y es imposible buscarlos. 
Si brilla tu suerte, se dejarán ver.

Escuchemos una y otra vez nuestras canciones privadas y bailemos al son de las mismas, 
o tan sólo sintámoslas a lo lejos como la brisa del viento o el sonido del mar.

¿Y si pasamos las veinticuatro horas del día tendidos en la arena de una cala perdida y solitaria?
De momento no hace falta que sus aguas sean cristalinas y trasparentes, 
pues en marzo aún es pronto para sumergirse en la mar.
Sólo necesitamos tranquilidad.

Puentes que llevan a ninguna parte, 
pero de los cuáles hemos sido transeúntes alguna vez, 
bien por comprobar si tenían un final fascinante, 
o simplemente por la satisfacción que nos produce caminar.

viernes, 3 de febrero de 2012

Siestas



El concepto "siesta" es variado y diverso.
Hay quien lo emplea para referirse a dormir un pequeño -o gran- periodo de tiempo. También hay quien lo aplica al descanso.

Sin embargo, y sin darnos cuenta, también llamamos así a algunos instantes en los que realmente estamos muy despiertos. 
Instantes de tranquilidad, de pensar en silencio, de dar vueltas a lo agradable, a lo importante, a lo que nos asusta, a lo que nos enseña.

Los niños lloran buscando la siesta, y es entonces cuando sus progenitores entienden su demanda de unas horas de párpados sellados para acabar con la somnolencia.

Hay quien utiliza este sinónimo de reposo para hacer el amor, 
bajando después las persianas para, a contraluz, dormir abrazado a alguien.

También los hay que observan la televisión ausentes, porque los sonidos que emite les hacen compañía y con oír les alcanza, sin sentir la necesidad de escuchar.

Yo necesito una siesta, aunque sé que seguir subiendo escalones es lo que corresponde. 
Escalinatas tan empinadas y largas como las que hay subiendo al Sacré Coeur, en Montmartre. 
¡Cuidado!hay peldaños deteriorados que pueden desplomarse en cualquier momento.

Ve alerta mientras subas, y apóyate únicamente en quien sea de fiar. 
Más vale contar con individuos que, aunque conlleve un esfuerzo, te sujeten cuando tu fuerza decida desaparecer,
y no gozar de un par de sumos grandes y fornidos que piensen antes en sí mismos que en extender tan solo una de sus robustas manos para sostenerte como si de una pluma trataras.

De momento no encuentro llanuras por ningún lado.
Seguiré trepando, medrando y aprendiendo a engrandecerme,
y pediré auxilio a los de siempre y a los valiosos individuos que han aparecido, no sin antes auparles y asistirles cuando sea necesario.


sábado, 21 de enero de 2012

Busquemos la calma



Circunstancia, agonía, y puede que rabia. 
Sin embargo ha llegado el punto de buscar sin parar. 
Buscarte a ti, a la calma, a la puesta en marcha de energía personal.


De nuevo querer es poder, 
o mejor, es intentar y conseguir. 
Esfuerzo, ni más ni menos.


¿Cuántos días nos quedan de felicidad, amor y vitalidad?
Infinitos, rotundos, redondos y no planos.
Es tiempo de horas junto a libros, papeles, bolígrafos.
Pero también es momento de ganas, por lo menos de acabar una etapa sabiendo que lo hecho, hecho está.


Me gustan las velas y las sombras que se crean en el techo. 
El humo con sabor frutal.
Las diversas risas en cada habitación, en cada momento.
Me gustan los osos, y si tienen una cara expresiva, mejor.


El cabello largo, que brilla, que cae, que no termina, que es molesto en ocasiones, pero que es muy tuyo.
Los pendientes de coco o de madera, esos que no hace falta quitarse para dormir. 


Los masajes, aunque no los recibas a manos de un fisioterapeuta.
Las charlas interminables que te llenan por dentro.
Dime, ¿qué es lo que te encanta a ti?
Los abrazos reconfortantes. 
Una nueva ciudad, y también la que lleva consigo tus orígenes.


Vayámonos de viaje, pero con los pies en la tierra.
Responsabilidad concuerda a la perfección con disfrute, gozo y placer.
Si las mañanas son cansadas, duras y llenas de café, 
apúralas al máximo, ya que las noches serán para ti.


Oye todo lo que suene, pero escucha lo importante. 
Quédate con ello. 
Guardar los detalles bajo llave y abrir la mente para recordarlos cuando más te apetezca, no tiene precio.