miércoles, 10 de agosto de 2011

Los meses y el mar.



Adentrarse en el mar en un barco inmenso
y escuchar un sonido que llama y alude al recuerdo, a los momentos.


Y Venecia y sus góndolas, y pensar.
Observarnos más maduros, más adultos.


Porque mañana, ¿qué significa mañana?
Agosto, un mes intenso, complicado y bonito, año tras año.


Querer correr una maratón neoyorkina de la cual me hablaste tiempo atrás, 
sólo para que los meses se sucedan unos a otros de forma ligera.
Y el reencuentro.


Santorini, los caminos junto al acantilado, 
que permiten pensar con buenas vistas de frente, 
y dar vueltas a un futuro cada vez menos lejano.


Y soñar con un septiembre festivo, 
un octubre de adaptación,
noviembre frío, 
diciembre familiar, 
enero ocupado, 
febrero de recuperación -o tal vez no- .


Marzo florido en su fin, 
abril lluvioso pero llamativo, 
mayo de esfuerzo, 
y junio sobresaliente.


Innecesarios septiembre, pero 
¿qué decir de julio?
Julio de felicidad, 
julio de retorno, 
julio con buen olor.