jueves, 20 de marzo de 2014

King





A ti, por ser quien eres.
Como siempre, se me ha echado el tiempo encima, y te escribo hoy en lugar de ayer. Pero no pasa nada, porque te escribiré toda la vida.

Ya sabes todo, porque tu me creaste. Conoces mi esencia, porque fue creada a partir de la tuya. Sabes lo que pienso, casi en todo momento, porque eres parte de mi mente. Confías en mi, porque tu me enseñaste lo que significa la confianza. Ves con mis ojos, porque yo aprendí a ver a través de los tuyos. Y en definitiva, lo sabes todo sobre mi, aunque siempre existan cuestiones que ya se escapen de tu alcance.

No te voy a decir que eres el mejor padre del mundo, porque en realidad, eres el más apropiado y el idóneo para mi propio mundo. El orgullo lo defino como eso que siento al tenerte por y para mi.

La perfección no existe, tu me lo enseñaste, pero para mi tu eres perfecto y tus defectos son aprendizaje, espero que los míos también lo sean para ti.

Me has enseñado la vida desde diferentes perspectivas, desde diferentes lugares, desde diferentes objetivos.
Con el objetivo básico aprendí a ver la realidad, el presente, la familia, la amistad y en conjunto, la vida. No son necesarias diferentes visiones para lo sencillo, para lo que siempre perdura.
Con el gran angular me enseñaste a ver más espléndido lo que ya es bonito. De esta forma me gusta ver algunos rincones de París, o playas tan extensas que el objetivo normal no abarca.
Con el teleobjetivo me enseñaste a apreciar los detalles que el ojo humano no recoge. Las farolas muy de cerca, las plumas de los pájaros, los diferentes tonos de la luna.
Con el ojo de pez sólo veo lo real distorsionado, cuando prefiero la risa a la cruda realidad.

Es una afirmación que no se puede comprobar, pero soy la persona más afortunada por haber visto tanto mundo contigo. Por haber sobrevolado o “supervolado” tantos lugares maravillosos. O simplemente por haber hecho kilómetros y kilómetros contigo y con ella, o sólo contigo.
Todo es nuevo e inolvidable, todo son momentos y situaciones. Pero si tengo que amar con locura, amaré Logroño y París, La Solana y Barcelona, Salamanca gracias a ti, Praga porque si, Amberes por ser un cuento, Egipto por ser diferente, Venecia y sus canales, Londres por sus aventuras, y Nueva York por su inmensidad. Y el resto, pues también.
Pero sobretodo amaré la compañía. Cada aventura, cada charla, cada instante, e incluso cada discusión con final feliz o agridulce. Porque tu no eres aprendizaje, eres MI aprendizaje.

Nuestra confianza es bella porque hemos trabajado para que así sea. Cada vez que tengo dudas o simple curiosidad, tu estás.
Yo no tengo vergüenza, a veces soy impulsiva, a veces no se callar. No cuento hasta diez antes de hablar, contigo no me sale. Marco nueve dígitos y contacto contigo, y lo que más me alegra es que nunca tendré ganas de dejar de hacerlo.
Me has enseñado a disfrutar también. Por ejemplo, cambiando el curso habitual de un lugar. Por ejemplo, viajando a Portugal y bailando Michael Jackson con cerveza en un garito que acogió el ritmo logro-gallego con muchas ganas. Y levantando de sus asientos al conjunto de personas que estaban allí, animando al personal, porque tu no eres el rey del pop, tu eres mi rey privado.
Aun nos quedan tantos bailes que los denomino ilimitados. Y si hace falta me volveré a dislocar el dedo meñique cuando imite tus pasos.

Me has dicho muchas veces que viva el momento, que bese lentamente, que quiera intensamente. Y aunque lo primero es harto complicado para mi, te aseguro que lo segundo y lo tercero lo llevo a raja tabla.
Porque yo le doy vueltas al futuro, pero los besos me gustan profundos, y querer está en lo alto de mi pirámide personal.

Nunca dejaré de admirarte, porque para mi, es imposible.

Ya lo sabes pero nunca está de más, te quiero todo lo que se querer.

https://www.youtube.com/watch?v=sOnqjkJTMaA 

martes, 18 de marzo de 2014

Futuro









A veces cierro los ojos y observo. Los abro y no veo.
Observo la vida pasada y pienso en lo que vendrá. 

Me olvido del instante, de este momento. 
Inconformista me dicen. Y yo afirmo, Si. Inconformista por naturaleza. 

Futuro dime ¿tienes algo para mí? 

No te pido trabajo, ni dinero, ni siquiera salud. De todo eso debo encargarme yo. 
Sólo te pregunto cómo de extenso serás. No quiero que te acabes nunca, Futuro, porque no quiero que termine todo el tiempo que invierto pensando en ti.
Ni quiero que se esfumen vidas que amo, ni que se acaben esos besos lentos, Futuro.
Porque si así fuera, ¿qué observaría al cerrar los ojos? Nada. No me gusta esa palabra.
Ilusión es lo que me lleva a ti, Futuro, y así quiero que sea hasta el día en el que ya no existas. 

Porque yo no voy a reencarnarme, ni a resucitar. 
Porque cuando te acabes, Futuro, ojalá no necesite cerrar los ojos para seguir pensando en ti.
Ojalá los cierre y pueda mirar el presente satisfecha, y c'est fini.


Así que Futuro, con tus obstáculos, con tus porvenires, con tus sustos, con tus tragedias, con tus momentos, todos ellos, sigue ahí mucho tiempo, y déjame esforzarme por conseguir lo que cada día, al cerrar los ojos, veo.
O al menos parte de ello.

Lucy Bretonnie