jueves, 14 de junio de 2012

Ailuropoda Melanoleuca



Osos panda en peligro de extinción. Familiares de los osos de anteojos.
Hace frío y lo sentimos fuerte, porque no tenemos su pelaje, su protección.
Somos caminantes de tan solo dos pies.
Ellos comen bambú principalmente, y viven en selvas peligrosas. 


Ahora llega el verano, pero para algunos también llega el frío. 
Las despedidas entre las margaritas que quedan de la estación de la primavera no son bienvenidas. 
Son tristes y angustiosas. 
Un año, una experiencia. 
¿Y cual es nuestro consuelo? 
-Que aún quedan miles y millones de vivencias en este lugar, en nuestra selva humana. 


Quererse es inevitable para algunos afortunados. 
Y saber que queda menos de la mitad de un mes para ese abrazo es más o menos lo que para un oso sería tener alopecia en sus fríos hábitats. 


Los polos que se atraen, nunca lo dejan de hacer. 
Son imanes de material no metálico, construidos con amor. 


Yo no dejo nada, me voy a un interrail de abrazos con mis otras personas queridas, y solo dejo unas semanas para que el nuestro, el de retorno, sea aún más especial que todos los anteriores vividos.


Cuando nos digamos adiós, pensaré en los osos panda, que seguro que aunque también se enamoren, tienen que visitar a sus familiares de China.


Ya dije una vez, que no hace falta que deshojemos margaritas, porque esa flor acaba por marchitar, y nosotros no.


Sé, lo que he visto que eres, y entonces jamás tendré miedo de las despedidas. 
Siente, lo que sé que has sentido, y a las lágrimas de despedida nunca les faltará la sonrisa de vuelta. 





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